Entrevista a Pedro Manchón

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TRONS D’AVÍS de Pedro Manchón. Onada Edicions

Le comento al autor que he aprendido una palabra muy bonita en “Trons d’avís”, en la segunda línea, del segundo párrafo, de la página doscientas veinticuatro y él me contesta: “no haces más que dejarme flipado”. Pero la verdad es que, el alucinado después de devorar esta ópera prima, he sido yo. Y eso sabiendo el estilo escritor de Pedro, con el cual he coincidido más de una vez en el mundo editorial. Y la alucinación viene por tres lados: porque es la primera vez que lo leo novelado, porque es un tema que, a priori, no me llamaba la atención y porque me he quedado con muchas ganas de más.

 “Trons d’avís” inaugura la serie “Encesa en flames” de la editorial benicarlanda, con una historia sobre las fiestas falleras, pero también sobre las relaciones de los diferentes personajes de cualquier ciudad, a través de varias generaciones. Con gracia, Manchón funda una población que tiene todos los alicientes para saborear una buena novela y en un viaje relámpago desde su actual Seattle, lo cazamos al vuelo para que nos cuente un poco más de los entresijos de estas hojas llenas de pólvora y fiesta.  

-Desde luego, esto no es algo de hoy para mañana; supongo que en “Trons d’avís” hay bastante trabajo detrás, ¿desde cuándo llevas con esto en la cabeza?

-Pedro Manchón: No te podría decir dónde está el principio, lo que sí que sé, es que de bien pequeño siempre me he tenido por un buen lector o al menos, por un apasionado de la lectura y dentro de los sueños que se monta cada uno de niño, yo sí que soñaba que alguna vez escribiría una novela. Así que podría decir que esto es un sueño muy antiguo.

Por otra parte, a la hora de lanzarte al rollo de hacer un libro, siempre será más fácil que a la hora de buscar una trama y una motivación, sea algo que realmente te llegue y que controles. Puestos a contar una historia, que tenga suficientes elementos de conocimiento para poder plasmarla y desarrollarla. Y hay un punto de inflexión en mi vida, que es cuando soy Presidente de la Junta Local Fallera. Creo que esa experiencia, además del “máster en relaciones sociales” que supone meterte en un tinglado de estas características, hace que vivas tantas cosas que, al final, piensas que da para hacer una película o un libro, vivencias que tienes que contar de una manera u otra. Entonces, después de haber tenido esta experiencia y sabiendo que cuando se escribe para contar una historia real, pasas por un filtro del juicio popular, en el que siempre habrá quien no la vea como tú la has contado o te pueda tirar por cara que te has dejado a Fulanito o que sobraba Menganito, pensé que en una novela podría plasmar todo esto, sin ese tipo de proceso. Y buscando esa libertad, enganché esta historia de ficción.

-Y además, Beniana podría ser tanto Benicarló, como cualquier otro pueblo fallero, ¿no? Supongo que, cualquier lector local acabará buscando similitudes. En las primeras páginas, sitúas el pueblo al norte de Valencia y por los trayectos en tren de los personajes, yo mismo, me aventuro a  situarlo cerca de Sagunto.

-Pedro Manchón: Sí, se sabe de dónde soy y de dónde sale todo, es inevitable y es de sentido común que esta historia tenga un origen. Pero he querido romper la baraja y ubicar el pueblo en un contexto de L’Horta Nord, por allí en Valencia. Sí que puedo contar abiertamente que me iluminé bautizándolo como Beniana, juntando Benicarló y Burriana, que son los dos bastiones de las Fallas en la provincia de Castellón. Ha sido divertido, he jugado un poco al escondite y a veces, he mostrado cosas que también quería que se vieran; jugar a querer contar cosas que la gente identificara, pero como cualquier historia de ficción: cualquier parecido con la realidad… Ha sido francamente divertido y reconozco que, una liberación, al no haberme sentido encorsetado por tener que contarlo de pe a pa, sin miedo a equivocarme. Entre eso y la ilusión de escribir una cosa que me llena, la lectura tiene bastantes tintes de originalidad, porque precisamente de Fallas hay miles de libretos, una historia de fallas novelada no existe. Además, hay algo que me gusta mucho y que buscaba, que es que hay mucha gente que no es fallera y pueden leerla. Tú mismo podrías ser un ejemplo y es importante porque soy consciente de que muchos falleros no lo leerán  y mucha gente que no es fallera sí.

-Jajajaja. Son esas cosas que pasan a veces.

Has hablado de ficción, pero sigo viéndote a tu madre y a ti, por ejemplo, en Pepe el sastre y su hija, ¿es posible? ¿Cuánto hay de ti en cada personaje?

-Pedro Manchón: Es normal, ¿quién se escapa de eso al final? Siempre habrá mil y un matices y en este caso, al volver a leer el texto, me pude ver reflejado en ciertos pequeños detalles de muchos personajes. Mi figura queda diluida por muchos lados y sí,  a la hora de hablar de diferentes detalles, de enmarcar ciertas cosas, hay muchas cosas de casa. Sí, la sastrería podría ser perfectamente la tienda de ropa de mi madre. Además, sabes que ella ha tenido siempre mucha implicación en toda la cuestión de la indumentaria y  claro, al final no te escapas de lo que eres, o de lo que has vivido.

-También es lo que decías, has escrito sobre algo que realmente sabes. Es normal que hubiera algo de indumentaria y no de otro tema.

-Pedro Manchón: Al final, como no dejas de contar una historia próxima, de costumbres, sabes que pocas familias se escapan del abc, todos vivimos una vida muy parecida, por tanto, creo que hay mucha gente que se puede sentir identificada en muchas de las cosas que se cuentan; en el libro se cuentan cosas muy cotidianas, que mucha gente podrá haber experimentado.

-La historia se centra en dos décadas del siglo pasado y en la actualidad, ¿por qué has querido utilizar los saltos en el tiempo?

-Pedro Manchón: Porque quería jugar también un poco con la documentación sin pasarme mucho. Hay tantas cosas que contar de la propia fiesta, que me quería dar un poco el gusto de enmarcarlos en diferentes contextos históricos, porque así también ves un poco la evolución y los saltos temporales, vienen muy bien para esto y es un juego divertido.

El mundo de las fallas, como cualquier otro, ha evolucionado tan deprisa, que me parecía interesante poder reflejar esa evolución, esos cambios. Cada una de las facetas vinculadas al mundo de las fallas ha variado tanto, que me parecía curioso e interesante poderlo mostrar todo, de una manera u otra, y a la vez, para presentar cada personalidad y para justificar por qué tal personaje es así, va muy bien hacerlo yendo hacia atrás.

-No has querido hacer un libro al uso para nada, por lo que has dicho de la temática, por ejemplo, así que tampoco he querido ser un lector casual y el último capítulo, quise hacer un pequeño homenaje y me fui al parque de la estación a leerlo…

-Pedro Manchón: ¿Sabes? sé que no me estás diciendo ninguna mentira, porque te vi subiendo la calle San Francisco con el libro en la mano. Fue un flash.

-¡Jajajajaja, cuántas anécdotas para los pocos días de vida del libro! Desde luego que no es un ejemplar nada corriente, tiene hasta la música de Pablo Anglés.  

-Pedro Manchón: Sí, haces muy bien en sacar el tema de Pablo, porque ha sido una de las cosas importantes. Tradicionalmente, por mi personalidad, no saldría del “planeta Fallas”, pero también puedo ser un culo de mal asiento y tener mil ideas en la cabeza, de manera que baso mucho mi motivación en la implicación, en el trabajo en equipo o ¿cómo te diría? me va muy bien ciertos estímulos del exterior, que me obligan a superarme, a hacerlo un poco mejor. Y en el caso de Pablo, ostras, todos sabemos quién es, todos sabemos lo que ha hecho y precisamente la música, es un elemento tan esencial como la propia pólvora en la fiesta de las Fallas. Tenía la suficiente relación personal con él, como para atreverme a consultarle cómo veía la historia, que él se la creyera y quisiera formar parte y fue una suerte. La misma que tuve con Fernando para el tema de las ilustraciones. Porque, de dibujantes en Benicarló, tenemos de muy buenos, pero, con Fernando, mataba dos pájaros de un tiro porque también está muy implicado en la fiesta y por lo tanto podía retratar mucho mejor o incluso en algunos casos, adivinar más bien lo que yo pensaba y quería reflejar.  Pienso que ha sido un gran trabajo, ya no por lo que yo haya podido aportar, si no por cómo lo hemos conseguido dignificar entre todos.

Ha tenido su parte de complejidad por la cuestión de la distancia y de la franja horaria, que cuando uno está ya en off y se va a dormir, es cuando el otro está despegando. Y aunque, hoy en día, tenemos mil herramientas para comunicarnos, el resultado final ha sido muy interesante, la verdad.

-Desde luego, ha sido todo un trabajo coral. ¿Incluida la editorial?

-Pedro Manchón: Por supuesto. Tener la confianza de Onada, no solo por la calidad, si no por la proximidad, ha sido genial. Quien la tenga que descubrir, que la descubra, pero estamos hablando de una de las editoriales de más relevancia y de más calidad humana y profesional que nos podemos encontrar. Además, tratándose de una ópera prima, donde estás dando los primeros pasos y que te encuentras en un contexto completamente nuevo, encontrar ese apoyo y esa ayuda, es todo un privilegio. Cada uno de sus responsables: desde Ramón en la dirección, la corrección de Rosa, que siempre te aporta unas  mejoras que no esperabas, Oscar París en la maquetación, que también hace un trabajo esencial… Esto no habría sido posible si no hubiera habido tanta gente creyendo en el proyecto.

-Además de la continuación de “Famílies tradicionals de Benicarló” junto a Jaume Rolíndez, ¿ya tienes algo en mente para volver a publicar?

-Pedro Manchón: Sí, la idea es abordar esta historia con una trilogía. Vi que se me iba de las manos porque son muchas páginas y comentándolo con la propia editorial, vimos que se podría ir canalizando en tres entregas. Esa es la intención, poder llegar a completar la trilogía que continúe contando esa evolución histórica de las Fallas en Beniana. Aún queda mucho trabajo por hacer y por tanto, muchos meses de dedicación.

En cuanto al tema de los renombres con Jaume, también estamos abordando una carrera  de largo recorrido, porque ¡anda que no hay renombres, ni apodos en Benicarló! Y, a poco que haya más familias que crean y quieran formar parte, seguiremos trabajando en el tema. También estoy muy contento del recibimiento y la bienvenida de “Famílies tradicionals de Benicarló”. Es importante, porque con estos volúmenes pretendemos contar la historia de los que no tienen historia o de los que no se conocería si no se contara un poco.

Y no me puedo plantearme muchas cosas más, que los yankees aprietan mucho y con el trabajo en la escuela, ya me faltan horas y tengo que dosificarme el tiempo.

*Frases destacadas:

-Me iluminé bautizándolo como Beniana, juntando Benicarló y Burriana, que son los dos bastiones de las Fallas en la provincia de Castellón.

-Todos vivimos una vida muy parecida, por tanto, creo que hay mucha gente que se puede sentir identificada en muchas de las cosas que se cuentan en el libro.

-Baso mucho mi motivación en la implicación, en el trabajo en equipo. Me va muy bien ciertos estímulos del exterior, que me obligan a superarme, a hacerlo un poco mejor.

Imágenes del libro cedidas por Pedro Manchón;

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